30.5.12

El Guayacan


El guayacán realGuaiacum sanctum
Familia botánica: ZYGOPHYLLACEAE

 
 
 
Bueno, llegamos así al final de esta Misión por todo el país en busca de nuestros árboles del Corazón para documentarlos y compartir esta información con todos ustedes, queridas amigas y amigos nuestros.
 
Esta especie crece naturalmente sólo sobre los suelos alcalinos propios de los cerros calcáreos de origen sedimentario que se ubican en estos sectores, los cuales una vez estuvieron sumergidos en el fondo del mar y luego emergieron a la superficie producto de una intensa actividad tectónica de millones de años, formando las primeras y más antiguas porciones de tierra firme de nuestro país.

APRENDAMOS A RECONOCER AL GUAYACÁN REAL.

Siempre que hablamos de las insólitas y extrañas características del guayacán real, inevitablemente nos cruza por la mente la siguiente idea:
 
- ¿Será verdaderamente un árbol?
 
 
Se trata en realidad de un árbol más bien pequeño que grande, pues los individuos mayores que hemos logrado conocer con grandes costos sobrepasan los 15 metros de altura, aunque el tronco puede ser anormalmente grueso con relación a la altura total del árbol.
 
A pesar de crecer en condiciones en donde se presentan condiciones de extrema sequía buena parte del año, el árbol mantiene su follaje verde y lozano aún en las peores condiciones de aridez.
 
La copa del guayacán real es un verdadero enigma que nos intriga muchísimo.

En sus primeros años de vida, las ramas forman una especie de embudo o remolino amplio y extendido, con la porción central totalmente vacía, un fenómeno sin precedentes en el mundo de los árboles (foto superior izquierda).
 
Años más tarde, la copa literalmente "se vuelve al revés", lo cual es la única forma en la que podemos explicar que con los años pasa de cóncava a convexa, transformándose en una cúpula o domo denso y tan perfecto en su forma y simetría, que cualquiera pensaría que se trata del trabajo de podas de un experto jardinero.

La corteza del guayacán real también es muy notable: en los individuos jóvenes consiste de un tejido grueso, corchoso, suave y de color blanco o amarillento (ver foto superior izquierda) que nos recuerda mucho a la corteza del árbol del güitite (Acnistus arborescens); esta corteza corchosa la encontramos aún en las ramas terminales más delgadas de la planta.
 
Por su parte, en los árboles adultos la corteza es tan dura como una piedra, de color gris claro con la apariencia del cemento, que se exfolia en grandes y gruesas placas de formas orgánicas muy llamativas.

Al pie y alrededor de los árboles adultos siempre nos vamos a encontrar una gran cantidad de arbolitos esta especie, nacidos de las semillas que han caído durante años, esperando que el árbol adulto se muera y caiga para crecer y ocupar el "espacio vacante". Estos arbolitos de guayacán real son muy fáciles de reconocer por sus hojas paripinadas opuestas que nos recuerdan mucho a las dormilonas(Mimosa pudica) con las que jugamos tocándolas para disfrutar viendo cómo cierran rápidamente sus hojas.

El tipo de hojas de este árbol no lo posee ninguna otra especie, pues son compuestas paripinadas y opuestas, de 5 a 8 centímetros de largo, con el raquis estrechamente alado y con 5 a 8 pares de folíolos pequeños y opuestos de color verde esmeralda en forma de punta de lanza, con la nervadura imperceptible. Todas las hojas dispuestas en dos filas perfectas a lo largo de las corchosas ramitas.

Continuando con la colección de cosas extrañas, las flores del guayacán real también son totalmente fuera de serie, no solamente por ser extraordinariamente bellas y delicadas, y por ser de color y celeste lo cual es algo insólito en el mundo de los árboles, sino también por su increíble parecido con las violetas comunes (Violaspp.). ¡Hasta huelen igual!

Los frutos son unas cápsulas carnosas y lobuladas de color verde, que al madurar se vuelven amarillas o anaranjadas, en forma como de un corazón u almeja, de hasta 2 centímetros de diámetro más o menos.
 
Al madurar, el fruto se abre como una bisagra para dejar totalmente expuestas de 1 a 5 semillas negras como de 1 centímetro de largo, totalmente cubiertas por un tejido carnoso de color rojo brillante como la sangre, llamado arilo.

En el mundo de las plantas, cuando las semillas están cubiertas de un arilo, significa que atraen a ciertas especies de aves que las sacan del fruto con el pico, se comen el arilo y dispersan la semilla lejos del árbol. Sin embargo, no se tienen reportes de ninguna especie de ave que se alimente de este tejido, por lo que todas las semillas caen al pie del árbol.


Son meras especulaciones nuestras, pero probablemente la especie de ave que se alimentaba de estas semillas se extinguió o transformó sus hábitos a través del tiempo.

Al florecer durante la estación seca, la copa semiesférica de follaje verde oscuro del guayacán real, se cubre de un extraordinario manto de miles de flores blancas y celestes que perfuman el ambiente con un exquisito aroma, matizado con los colores amarillo y rojo de los frutos y semillas, ofreciendo un espectáculo que nos motiva a considerar a esta especie como...
 
...el árbol ornamental perfecto.