Hoy fué un día emotivo para mí. Esa señora de aproximadamente 90 años, que va con su andadera sola al supermercado y hace largas colas para comprar tan sólo un paquetico de carne molida, esa señora que perdió los dientes por un tumor cerebral y que tiene a su esposo en cama luego de un infarto y ACV, esa señora, tiene un dolor e impotencia infinitas.
Cada día para ella y su esposo postrado en una cama sin producir, es una batalla. Hoy quise ayudarla, no sólo económicamente, pero también quise escucharla, quise que se sintiera querida, atendida y demostrarle que hay gente que se preocupa por ella.
Le hice saber que hasta una amiga de Inglaterra, una desconocida, se preocupó tanto que inmediatamente envió ayuda. Sin embargo, ella tiene hijos. Pero ella los defiende. Me explicó que los robaron. Son músicos y les saquearon la casa llevándose todo todo. Todos los instrumentos, todas sus pertenencias. Con lágrimas me decía que simplemente no les bastaba el dinero. Creo que nos hemos olvidado de la gente mayor, los enfermos y los niños abandonados.
Veo muchas campañas de adopción de animales pero ninguna de niños, o de atención a la gente de tercera edad. Entiendo que la economía esté crítica, pero basta con un gesto, bien sea económico o simplemente una atención para hacer esas personas felices. Mucha gente tiene tiempo y dinero para comprarse un whisky o ir a la peluquera pero no para ocuparse de los viejitos o niños. Y realmente no comprendo, si los hijos de esa señora no pueden mantenerla por lo menos que no le permitan hacer esas colas y arrastrarse hasta el supermercado. No sé cuáles serán los motivos por el cual no lo hacen pero me pone a pensar sobre nuestra voluntad.
Por supuesto, que toda ésta crisis ha afectado más a ese sector de la sociedad. Y que hay de aquellos que están enfermos, incapacitados para trabajar, que necesitan atención y medicinas. Se me parte el alma al pensarlo. Sólo sé que vivimos en tiempos muy salvajes y precarios, no sólo por la económica sino por la falta de valores y sensibilidad humana. No sé ... pero tanto podríamos hacer.
Alexandra Potyka