29.8.10

LOS EXTREMOS SON COSAS DE RAZA.

Neoliberalismo versus comunismo

Manos a la obra, a partir de ahora, me sentare cómodo en el sofá, también
invitare a mi mascota para que me haga algo de compañía durante las largas
horas de la noche, y es así como pasare a delinearles la etapa del futuro
cercano, que seguramente estará con sus raíces bien afirmadas hasta la
década del 2020. En particular les mostrare las problemáticas que acarreara el
capitalismo liberal.

Pero antes, es bueno hacer justicia, lo que implica, describirles brevemente,
las debilidades de su extremo opuesto, me refiero al comunismo. Vale la pena
recordar que el estado comunista de la ex URSS era un sistema altamente
centralizado y burocrático. Su gran obsesión por controlarlo todo iba desde la
creación de empresas, hasta la fijación de precios, inclusive hasta los medios
de comunicación estaban en manos del estado. Sin embargo, tengamos en
cuenta, que, una centralización de semejantes dimensiones, no permitía
administrar eficazmente todos los aspectos de la economía. Por ejemplo, en el
caso de las empresas, buena parte de ellas eran del estado. Bajo estas
circunstancias no existía la competencia, menos aun ese espíritu de superación
que requieren las organizaciones para mejorarse a si mismas. Como podemos
imaginar, el estado no podía llevar los piolines de todo, menos aun administrar
todos estos aspectos con eficiencia y velocidad. Si a lo anterior le sumamos
que estaba inmerso en un mundo cada vez más veloz, complejo y competitivo,
no hay dudas que el comunismo estaba destinado al fracaso.

A modo de síntesis, bien podríamos afirmar que el sistema comunista s e
cristalizaba en un estado paternalista, el cual adolecía de un exceso de
funciones. Pero he aquí la cuestión, si bien era justo en la distribución de la
riqueza, no tenia habilidad para crearla. Bajo este escenario, es interesante
preguntarse ¿Es equitativo un sistema donde todos los habitantes de un país
serán iguales, a pesar de que hay algunos que se esfuerzan más que otros?
seguramente no.

Llegado a este nivel, quizás algún que otro lector podría llegar a preguntarse
¿Por que China a pesar de ser un país comunista tiene una economía
floreciente? En este tema, debo hacer una salvedad, vale aclarar que la
situación de China es bien distinta a la de la ex URSS. En el caso de China
estamos hablando de un país políticamente comunista, sin embargo hay que
considerar que buena parte de su economía esta basada en empresas
privadas y el libre comercio, tal como lo hace el capitalismo ultraliberal, de
manera tal que nos encontramos en una situación radicalmente distinta, sobre
todo en el aspecto económico.

El mundo siempre ofreció grandes contrastes, y precisamente, en el otro
extremo ideológico del comunismo tradicional, surgió el capitalismo liberal.
Estamos hablando de un extremo opuesto donde el estado se achica a la
mínima expresión, por ende delega la producción de bienes en empresas
decapital privado, y como cabe esperar, estas industrias compiten ferozmente por
ganarse un lugar en el mercado. El capitalismo esta basado en la libertad
democrática para elegir a los gobernantes, libertad en los medios de
comunicación, libertad económica para que las empresas compitan entre ellas,
libertad en el mercado laboral para que los ciudadanos compitan por un
empleo. El eslogan cotidiano nos dice que el mundo capitalista nos concede
toda su esplendida libertad para que podamos disfrutar de sus beneficios.

Pero si nos apartamos por un segundo de este eslogan, y analizamos el
escenario desde la realidad, llegaremos a la conclusión que no es posible
esperar tanto de este sistema. Tengamos en cuenta que para crear un
comercio, o una empresa, o incluso para poder acceder a una buena
educación, se requiere contar con recursos económicos, y si carecemos de ese
dinero tan indis pensable ¿Dónde esta la libertad? Sin dinero esa libertad se
esfuma, es como un espejismo, donde la igualdad de oportunidades brilla por
su ausencia. De manera tal que el grueso de la libertad es para quienes
acumularon un jugoso capital, lo demás, bien podríamos decir que es puro
cuento chino.

Como hemos podido apreciar, el capitalismo es un monumento a la libertad.
Sin embargo, debemos ser concientes, que la libertad total, en un clima
competitivo, favorece a los fuertes, y esto incluye particularmente a los que
acumularon grandes capitales. Por eso, si levantamos la mirada hacia el futuro,
el capitalismo neoliberal es inviable. Lenta y progresivamente comienza a
degenerar provocando crecientes desigualdades en la distribución de la
riqueza. Tengamos en cuenta que el dinero genera dinero, de manera tal que
quienes juntaron capital cada vez tendrán más, y desde luego que esto implica
una tendencia a la acumulación de riqueza en pocas manos. Pero bien vale
preguntarse ¿Por qué crecerá la inequidad? Partimos de la base que la
competencia global, llevara a que las empresas bajen los salarios a límites que
rozan la explotación. A este contexto hay que sumarle un vertiginoso avance
tecnológico que sustituye la mano de obra humana por maquinas, y por esta
razón agrava los problemas del desempleo. La situación empeora ante un
estado que no asegura la redistribución de la riqueza, y su argumento se funda
en que si lo hiciera, las empresas y capitales migrarían a otro país.

Alcanzado este nivel de razonamiento, nuestra curiosidad natural nos lleva a
preguntarnos ¿Hacia donde va el capitalismo liberal en el largo plazo? El
resultado de este conjunto de factores llevara a bajos s alarios, sumémosle mas
desempleo, y todo esto se traduce en crecientes niveles de pobreza y
marginalidad. Como contraste de la realidad anterior, habrá un sector de la
población que gozara de grandes beneficios económicos, de manera tal que la
riqueza tiende a concentrarse en pocas manos. Pero también se vislumbran
otras consecuencias en el largo plazo, tengamos en cuenta que la
competitividad tiende a estancarse ya que proliferaran grandes corporaciones
que lenta y progresivamente van monopolizando los mercados internacionales.

A lo anterior, debemos sumarle la especulación financiera de aquellos que
prestan su capital a quienes no lo tienen.
Como corolario de todo esto, llego la crisis financiera global, que ha
demostrado, entre otras cosas, que los mercados no se autorregulan. Estaban
equivocados quienes pensaban en un neoliberalismo que no podía fallar. En
sus argumentos afirmaban que todo tenia su propio mecanismo de regulación,
y hasta aseguraban que el estado jamás debía intervenir.
Queda claro que el capitalismo liberal es bueno para crear riqueza, sin
embargo no lo es para repartirla, y bajo estas circunstancias vale preguntarse
¿Es equitativo un sistema donde se gana en proporción directa al capital que
se dispone, sin importar cuanto se trabaja? La respuesta es no, sin embargo
todo indica que la realidad actual se maneja con estas reglas de juego.
A modo de síntesis, bien podríamos afirmar que el comunismo burocrático y
el capitalismo neoliberal, son dos extremos antagónicos que conducen a
callejones sin salida. Por un lado, el comunismo de la ex URSS, desembocaba
en la ineficiencia, mientras que el capitalismo liberal, en la inequidad en la
distribución de la riqueza y el monopolio. Como podrá darse cuenta, ambos
conducen a la concentración, tal afirmación implica que el comunismo lleva a la
concentración en manos del estado, mientras que el capitalismo a la
concentración en manos privadas.

Mirando de cara hacia el futuro cercano, la tendencia nos dice que el
capitalismo liberal seguirá inmerso en el mundo. Sin embargo, hay que tener en
cuenta que no llegara con igual fuerza a todos los rincones del planeta. En
zonas como la Unión Europea, se aplicara con menos fuerza, ya que
históricamente ha tenido un estado más activo y protector, que precisamente
intentara frenar la inequidad. Mientras que en los países asiáticos, y muchos
países emergentes, tiende a emplearse la doctrina más liberal del capitalismo.
Vale considerar que este sistema económico basado en la libertad total,
traerá consigo crecientes inequidades en la distribución de la riqueza. Por un
lado, las clases altas acumularan mas riqueza, y por el otro, crecerán los
índices de pobreza. A lo anterior debemos s umarle que crecerá la especulación
financiera y los monopolios. Con gran autismo, los economistas neoliberales
pensaron que la mano invisible del mercado lo resolvería todo, sin embargo, lo
cierto es que se han olvidado del largo plazo, y de la sociedad en su conjunto.

Cuando se trata de predecir los cambios que vendrán en el futuro, suele ser
de gran ayuda analizar lo que ocurre en el subconsciente colectivo de la
población. Vale considerar que en esta diversidad de opiniones es posible
detectar muchas tendencias. Teniendo en cuenta lo anterior, no hace mucho
me cruce con un editor que se especializaba en la edición de textos de tinte
marxista. En la agradable charla que mantuvimos, este editor me comentaba
que no ha parado de crecer la venta de este tipo de literatura, y si nos
remontamos a la crisis económica de Estados Unidos, en ese preciso instante
las ventas se habían disparado por las nubes. Pero, ¿Qué nos esta revelando
esta tendencia? Nos esta indicando que ante la crisis, la gente comienza a
desconfiar de las promesas del capitalism o neoliberal. Al ver que no aporta
soluciones sensatas a sus problemas, comienza a explorar otras opciones, que
en este caso, son el opuesto de la ideología que reina actualmente.

Por esta, y otras razones, estoy convencido que en el futuro medio,
canalizaremos positivamente las experiencias del pasado, y esto me dice que
emigraríamos hacia un capitalismo más responsable. Sin perder de vista que
este nuevo capitalismo asumiría libertades mas acotadas y reglamentadas a
escala mundial. Me lo imagino como un capitalismo más equitativo, y con un
alto sentido de responsabilidad social. Como en todo, los extremos siempre
han sido malos; y precisamente, el capitalismo responsable, no debería caer en
el blanco, o negro. Mi opinión se centra en que evitaría el extremo de la libertad
total que asumió con el neoliberalismo, y tampoco se bandearía hacia el control
estatal absoluto que nos proponía el comunismo.

Estamos hablando de un modelo que asume matices grises, bien podríamos
considerarlo como una inteligente combinación de ideologías enfrentadas,
como la de Adams Smith y Karl Marx.
Lo cierto es que ambos sonpensamientos opuestos, pero sabiamente
complementarios. Como analista de sistemas que soy, puedo decirles, que
buena parte de las soluciones que regularmente suelo encontrar, por lo general,
son hibridas. Trasponiendo esto ala economía, queda claro que los
economistas deberían haberse tomado el trabajo de estudiar ambas doctrinas,
para de este modo tomar lo mejor de ellas.

Si esto hubiese ocurrido, seguramente el mundo se habría ahorrado
muchos dolores de cabeza, pero así es la naturaleza humana, basada en un
comportamiento que suele llevarnos a abrazar ciertas teorías, que luego
adquieren el estatus de ideología. Con el tiempo, estas doctrinas van echando
sus raíces en los círculos íntimos del poder, y adquieren el status de
inamovibles.

Dándole más tiempo al tiempo, la realidad nos demuestra que sistema es el
más apropiado, pero los intereses minoritarios han desplegado sus raíces en
los círculos de poder; algo que les permite ejercer una gran influencia a la hora
de oponerse a los cambios. Es precisamente en ese instante cuando la crisis
se hace sentir con más, y mas, fuerza, hasta que en algún momento desatara
las amarras que nos atan al pasado. Desde luego que, esto implica, un cambio
de rumbo hacia un modelo más superador. Es así, como los seres humanos
crecemos a partir de los errores.

Fuente: El Shock del siglo XXI -