27.8.10

UNA HISTORIA OLVIDADA, ASI PARECIERA...


Pueblos de origen caribe (cumanagotos, tamaques, maquiritares y arecunas, entre otros), habitaban el norte de América del Sur cuando Cristóbal Colón llegó en 1498. Las construcciones locales sobre pilares recordaron a los españoles las de Venecia y por eso dieron al país el nombre de Venezuela (Pequeña Venecia).

Bajo la colonia, Venezuela fue organizada como Capitanía General del Virreinato de Nueva Granada. Su economía agrícola, basada en el cacao y la mano de obra esclava, forjó una sociedad dominada por un grupo aristocrático criollo («mantuanos») y una mayoría de «pardos» (mestizos, mulatos, zambos, esclavos africanos).

La primera etapa de la revolución independentista comenzó en abril de 1810 con Francisco de Miranda. Su idea era lograr la independencia de España y formar una confederación americana llamada Colombia, coronando a un inca como emperador. Miranda fracasó, fue capturado por los españoles en 1811 y murió en prisión.

La segunda etapa revolucionaria fue iniciada por Simón Bolívar, quien apoyándose en la oligarquía mantuana, logró instalar un gobierno en Caracas. El proyecto independentista no preveía cambios en la estructura social y no fue acompañado por los «pardos» que, en su mayoría, odiaban a sus dueños criollos. José Tomás Boves, un hombre leal a la Corona española, encabezó esas masas y enfrentó a Bolívar, a quien derrotó en 1814. Entre sus primeras medidas estuvieron la declaratoria de la libertad para los esclavos y los repartos de tierras entre los campesinos. Fue el fin de la Primera República.

Bolívar tuvo que exiliarse y, cuando volvió a Venezuela, había hecho suyas las reivindicaciones populares, lo que le otorgó el apoyo de las masas. Acompañado por otros líderes militares como Antonio José de Sucre, Santiago Mariño, José A. Páez y Juan B. Arismendi desarrolló victoriosas campañas militares en la mitad norte del subcontinente.

En 1819 el Congreso de Angostura creó la Gran Colombia, (Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá). En 1830, poco antes de morir Bolívar, el general Páez declaró la separación de Venezuela de la Gran Colombia.

Páez fue el gran caudillo y centro político de Venezuela durante muchas décadas. Su heredero político, Antonio Guzmán Blanco, estaba determinado a modernizar el país y en buena medida lo logró, mediante la introducción de nuevas técnicas de producción, nuevos medios de comunicación y nueva legislación.

Juan Vicente Gómez tomó el poder en 1908 y gobernó durante 17 años como dictador. Con su apoyo ingresaron al país las trasnacionales petroleras, que se instalaron preferentemente sobre el lago Maracaibo. En 1935 asumió el poder el general Eleazar López Contreras, a quien sucedió el general Isaías Medina Angarita. Éste sentó las bases de la liberalización de la vida política, permitió el registro legal del Partido de Acción Democrática (AD) y apoyó a los aliados en la Segunda Guerra Mundial.

En 1945 un movimiento cívico-militar dirigido por Rómulo Betancourt (principal líder de AD) y el general Marcos Pérez Jiménez, tomó el gobierno y en 1947 convocó a las primeras elecciones generales directas del país. El escritor Rómulo Gallegos, candidato de AD, asumió la presidencia, pero fue depuesto en 1948 por una nueva Junta Militar, que luego se transformó en la férrea dictadura de Pérez Jiménez.

En 1958 Pérez Jiménez fue derrocado y el país inició una etapa de «democracia» estable, con un gobierno surgido del Pacto de Punto Fijo (1958), que permitió a la AD y a COPEI (Democracia Cristiana) alternarse durante décadas en el poder. La estabilidad política se apoyó en gran medida en los cuantiosos ingresos petroleros, al mejoramiento de las relaciones con Estados Unidos y a la expansión de los derechos políticos.

Sin embargo, el crecimiento económico nacional poco aportó a los sectores más desposeídos. Esto creó condiciones para protestas sociales así como para el desarrollo de la lucha guerrillera encabezada por el Partido Comunista, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (escisión de AD) y otros grupos de izquierda.

En 1960, Venezuela impulsó la creación de la OPEP y 15 años más tarde, bajo la presidencia de Carlos Andrés Pérez, se nacionalizó el petróleo. Pérez apoyó la creación del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) y defendió el programa del Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI).

Pese a ser el tercer exportador mundial de petróleo y a que durante los gobiernos de Pérez y el socialcristiano Luis Herrera Campins se obtuvo el más alto precio mundial de dicha materia prima, no se administraron adecuadamente esos enormes capitales. Se crearon gigantescas empresas estatales hidroeléctricas, de hierro, aluminio y cemento, entre otras, mientras al mismo tiempo se subsidiaban casi todas las actividades privadas.

Un fuerte descenso en los ingresos por las ventas de petróleo, el endeudamiento externo fomentado por el gobierno y una evasión masiva de capitales privados hacia el exterior, obligaron, en 1982, al gobierno a controlar el cambio y el comercio exterior. Comenzó a registrarse un aumento de la inflación, el desempleo y la escasez de vivienda y la pobreza crítica.

La elecciones presidenciales de 1983 dieron el triunfo a Jaime Lusinchi (AD), quien obtuvo el 56% de los votos. Su principal adversario fue el demócrata cristiano Rafael Caldera, de COPEI.

La política de Lusinchi se basó en un plan de austeridad de mediocres resultados, un fallido pacto social con patronales y sindicatos y, hacia el final de su mandato, un control estatal aún mayor sobre la economía. Este desembocó en escandalosos favoritismos, a través de la concesión de divisas preferenciales, a la mitad de su valor de mercado.

En las elecciones de 1988, Carlos Andrés Pérez, candidato de AD, ganó la presidencia con el apoyo de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV).

A 25 días de la asunción del nuevo gobierno, los más pobres se lanzaron a las calles, donde se produjo una ola de tumultos y saqueos de comercios. La represión policial dejó un saldo de más de mil muertos y desaparecidos (246 según el gobierno), además de dos mil heridos y detenidos.

La aplicación de medidas económicas indicadas por el FMI hizo perder al gobierno su apoyo popular. En diciembre de 1989, por primera vez se eligieron los gobernadores de los 20 estados y 369 alcaldes. En medio de una abstención de casi 70%, se registró un avance de la oposición demócrata cristiana y de la izquierda.

Si bien el gobierno reconoce los derechos territoriales de los pueblos indígenas, no ha habido una adecuada protección de la población nativa, que sufre la persecución de grandes propietarios, campesinos y funcionarios oficiales, aparte de la irrupción de mineros brasileños (garimpeiros) que invaden en busca del oro venezolano.

El respaldo del gobierno decreció fuertemente a comienzos de 1992. AD tomaba distancia de la gestión económica y el Congreso decidió reforzar la fiscalización de actividades ilícitas, pero casi nunca se llegó a procesos penales, debido a la ineficacia o corrupción del Poder Judicial.

El 4 de febrero fracasó un golpe de Estado contra el presidente Pérez, pero puso de manifiesto la corrupción administrativa y la crisis económica, como causas de la inestabilidad. Los líderes de la intentona militar, Francisco Arias y el comandante de paracaidistas Hugo Chávez, ambos detenidos, pertenecían al denominado Movimiento Militar Bolivariano-2000.

El gobierno suspendió, con el respaldo del Congreso, las garantías constitucionales. Como excepción se negoció un acuerdo con los gremios de la enseñanza que puso fin a casi dos semanas de huelgas y represiones policiales.

Un nuevo intento de golpe de Estado de Hugo Chávez tuvo lugar el 27 de noviembre de 1992. La Fuerza Aérea jugó un papel clave para controlar a los golpistas.

Carlos Andrés Pérez fue relevado de la Presidencia el 21 de mayo de 1993, acusado de apropiación de fondos públicos. Poco después fue juzgado por corrupción y condenado a prisión domiciliaria. Cumplió su condena y en 1996 se reintegró a la vida política.

La presidencia fue ocupada provisionalmente por Ramón Velázquez hasta que las elecciones de 1994 dieron el triunfo al ex presidente Rafael Caldera. La abstención había llegado al 40% del electorado.

En la década de 1990 Caracas se convirtió en una de las ciudades más violentas de América del Sur, con un ritmo creciente de asesinatos. En 1995 se estimaba que 10% de los caraqueños estaba armado.

El colapso financiero se inició en febrero de 1993, con la caída del Banco Latino, el segundo banco comercial del país. La crisis económica se agravó a partir de 1994. En agosto de 1995, 18 de los 41 bancos privados estaban intervenidos y 70% de los depósitos era administrado por el Estado.

El presidente Caldera suspendió las garantías constitucionales sobre bienes inmuebles, la propiedad privada y el comercio. También impuso restricciones a los viajes al exterior, al derecho de reunión y la inmunidad contra arrestos arbitrarios. A pesar de que el Congreso levantó las restricciones, el Ejecutivo las reimplantó para prevenir la huida de capitales y la especulación.

El 6 de diciembre de 1998 Hugo Chávez, fue electo presidente constitucional con el 56,5% de los votos. En su discurso de asunción, anunció que suplantaría a la Constitución, a la que calificó como «muerta» a través de una «revolución pacífica» para luchar contra la pobreza y reestructurar la deuda externa, que ascendía a 23 mil millones de dólares. Para ello, se conformaría una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) que en seis meses redactaría una nueva Constitución.

Chávez publicitó la «revolución pacífica» a través de su cuerpo diplomático y de la conducción de un programa televisivo que recibía y «solucionaba», directamente, las inquietudes de la población. El 25 de julio, en las elecciones para la ANC, el 75% de la población votó por el Movimiento V República liderado por Chávez, lo que le dio mayoría absoluta del cuerpo.

En setiembre, el país fue sede del segundo encuentro entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia y el gobierno de ese país. Chávez, que comenzó a jugar un papel importante en el conflicto colombiano, rechazó la petición estadounidense de utilizar sus bases aéreas para «combatir el narcotráfico» en ese país. Para muchos, los movimientos estadounidenses tenían por objetivo invadir Colombia y terminar con los grupos insurgentes de ese país.

A pesar de la abstención del 54% del electorado y la dura oposición de la Iglesia Católica, la clase empresarial y los partidarios del antiguo sistema político, la nueva Constitución fue aprobada por el 70% de los votantes. Así nació la «República Bolivariana de Venezuela».

En junio de 2000 Chávez fue reelecto por abrumadora mayoría hasta el año 2006. En agosto se entrevistó con dirigentes de los principales países productores de petróleo. El reelecto presidente afrontó duras críticas de parte de Estados Unidos al reunirse en Bagdad con el gobernante iraquí Saddam Hussein. Chávez fue el primer jefe de Estado democráticamente electo en visitar Irak desde la Guerra del Golfo.

A comienzos de 2002 Chávez anunció medidas para estimular la economía y lograr mayor justicia social. Entre ellas se contaba una nueva legislación agraria y modificaciones en la legislación de hidrocarburos. Esta última aumentó la tributación de los inversores extranjeros del 16 al 30% y reservó al Estado al menos el 51% de las acciones de las sociedades mixtas. La Ley de Tierras estableció la expropiación de los terrenos superiores a cinco mil hectáreas y su entrega a los campesinos.

El PBI creció un 2,8% y la actividad económica, sin contar el petróleo crudo, creció un 4% en 2001. Sin embargo, Chávez no volcó las ganancias derivadas del elevado precio del petróleo en planes de desarrollo para sectores desprotegidos de la sociedad.

A partir de febrero de 2002, para hacer frente a la crisis, Chávez puso en marcha un fuerte paquete de ajuste, aplaudido por el FMI. Anunció la flotación libre del dólar, cuya paridad estaba anclada en un 10% anual de depreciación del bolívar, lo que representó una devaluación de más del 25%.

Por sus vínculos con Cuba, Irak y Libia, y su renuente condena a los atentados de setiembre de 2001 sobre Nueva York y Washington, Chávez quedó directamente enfrentado a Estados Unidos.

El presidente impulsó medidas para tomar el control de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), nominalmente en posesión del gobierno, pero de hecho esclava de los operadores extranjeros. Chávez destituyó a varios gerentes de la empresa y nombró una nueva junta directiva. En abril de 2002 empresarios y sindicatos llamaron a una huelga general por tiempo indeterminado. Hubo manifestaciones multitudinarias en apoyo a la medida.

Las Fuerzas Armadas se plegaron a la protesta civil. El comandante en jefe del Ejército, Efraín Vázquez anunció que ya no era leal al presidente y Chávez fue derrocado. Lo secuestraron y lo enviaron, preso e incomunicado, a la isla de Orchila, donde luego se denunció, pensaban asesinarlo.

Después del golpe de Estado, Pedro Carmona, titular de la mayor cámara empresarial del país, asumió la presidencia. Disolvió el Parlamento, destituyó a la Corte Suprema, desconoció a la Constitución, llamó a elecciones presidenciales en el plazo de un año y convocó a comicios legislativos para diciembre, bajo el decreto de «reorganizar los poderes públicos». Con estos anuncios llegaron también las últimas cifras de las víctimas de la violenta jornada del día anterior: 15 muertos y 350 heridos. El 14 de abril, a media noche, tropas leales al gobierno legítimo de Venezuela entraron en el Palacio Presidencial de Miraflores, tomaron posiciones y permanecieron a la espera de otro operativo que rescataría a Chávez y lo regresaría al poder. Carmona se vio obligado a dimitir y fue detenido.

Estados Unidos no condenó el golpe contra Chávez sino hasta el momento en que éste retomó el gobierno. Por otra parte, el periódico británico The Guardian denunció que, desde un año atrás, la inteligencia estadounidense estudiaba la posibilidad de sacar a Chávez del poder y que, en la madrugada del golpe de Estado, barcos de Estados Unidos fondeados a lo largo de la costa venezolana intervinieron las comunicaciones en Caracas. La actitud de Washington sembró temores de un «contagio golpista» por toda la región.

En julio el ex presidente de Estados Unidos James Carter viajó a Venezuela y se reunió con Chávez para abrir un diálogo entre los sectores en conflicto, pero la oposición no acudió a la cita. En octubre, un grupo de 14 militares –exigiendo la renuncia de Chávez o la realización de un referéndum sobre su permanencia en el cargo– llamó a la «desobediencia civil y militar».

A fines de octubre el secretario general de la OEA, el ex presidente colombiano César Gaviria llegó a Caracas para mediar en la crisis político-militar. Las negociaciones se estancaron a poco de empezar. La cámara de empresarios, la CTV y la CD (Coordinadora Democrática) que reúne a la oposición política, llamó a una huelga general por tiempo indeterminado para pedir que la permanencia en el gobierno de Chávez se resolviera por un referéndum inmediato. El gobierno se opuso a una consulta antes de que se llegara a la mitad del mandato.

A pesar de 62 días de huelga, que pusieron al país al borde de la bancarrota, Chávez logró mantenerse en el gobierno. El ex presidente estadounidense Carter había planteado el acortamiento del período presidencial a través de una enmienda constitucional.

En mayo de 2003 el gobierno y la CD firmaron un acuerdo de 19 puntos: realización del referéndum revocatorio, la formación del Consejo Nacional Electoral (CNE), el desarme de la sociedad civil y la creación de una Comisión de la Verdad.

La oposición reunió 3.400.000 firmas pero el CNE validó sólo 1,8 millones. La oposición protestó por lo que consideró un fraude. Tras violentas represiones a los manifestantes, en junio, CNE aceptó 2,4 millones de firmas, con lo que habilitó la celebración del referéndum.

Desde el inicio de la crisis política el gobierno soportó una fuerte ofensiva de los medios de comunicación (dominados por el grupo Cisneros) de su país, los que jugaron un rol decisivo en el golpe de Estado del 2003.

En mayo de 2004 la las fuerzas de seguridad detuvieron a 88 paramilitares colombianos a los que acusó de entrenarse para el derrocamiento del presidente. También se allanó la casa del ex presidente Carlos Andrés Pérez, quien desde Miami afirmó que a Chávez había que expulsarlo del gobierno por la fuerza.

Finalmente, en agosto de 2004 se realizó el referéndum revocatorio en el que Chávez obtuvo la victoria con 58.2% de los votos, mientras que la CD obtuvo el 41.7%. Si bien Henry Ramos Allup, coordinador general de la CD, denunció fraude electoral y reclamó un recuento manual de los sufragios, Cesar Gaviria, el observador de la OEA, declaró que mientras no se encontraran elementos para sustentar el fraude la OEA no dudaría del resultado de la votación. Por su parte Jimmy Carter, observador de la fundación con su nombre, declaró que Chávez ganó con justicia y destacó la masiva y clara diferencia a favor del gobierno Chavista.

NO, OLVIDEMOS NUESTRA HISTORIA. POR TAL EL PASADO NO DEBE VOLVER.