14.7.16

Cualquier parecido no es Realidad.

Había una vez una pequeña isla dominada por un anciano dictador.

Era una isla muy pobre. A lo largo de los años, el dictador había acabado con las fábricas, con las cosechas, con la actividad económica más importante. Nadie confiaba en él. Nadie le quería prestar dinero y su pueblo padecía cada vez más necesidades. La falta de progreso y de oportunidades abrumaba a la gente.

Cerca de esta pequeña isla existía un país muy rico y poderoso. El viejo dictador, que era muy astuto, invito a su presidente y le hizo una propuesta. Si le daba un poco de sus riquezas le enseñaría a conservar el poder para siempre. Al presidente le gustó el trato y comenzó a mandar a la isla muy generosas ayudas, a cambio el dictador le enviaba consejeros. Pero esos consejeros poco a poco comenzaron a tomar las riendas del país más grande.  Los asesores extranjeros se convirtieron en jefes. En vez de dar consejos daban órdenes. Y asi fue como aquel astuto tirano, no sólo se aprovechó de la riqueza de su vecino, sino que logró controlar sus destinos. Y aquel país poderoso también se fue empobreciendo, como la isla."