14.7.16

Historia de Alexandra Potyka

Soy profundamente socialista.  Mi padre vivió la segunda guerra mundial y con tan sólo 10-14 años luchó en contra de los nazis en el frente polaco arriesgando su vida. Era un niño. También sufrió las penurias del comunismo, régimen al cual despreciaba con toda su alma y el cual separó a él y a mi madre para siempre de sus familias. En fin, me crié en una familia donde todos los días se hablaba del tema social y ambiental y se inculcaban valores de solidaridad y fraternidad, dónde me enseñaron el verdadero sentido de libertad y justicia.

Nunca se me impuso ninguna creencia religiosa, más si el amor, preocupación y compasión por el prójimo y la naturaleza. Tampoco se me impuso un modo de vestir ni etiqueta. Lo que importaba era dar gracias por un plato de comida y no botar ni despreciar ni una migaja. El tema del respeto y tolerancia hacia cualquier credo, raza o clase social era prioritario.

Mi padre nunca de enriqueció siendo un famoso ingeniero y uno de los fundadores del Politécnico de Barquisimeto, elegido por la Unesco. Un hombre noble, honesto y generoso que andaba con los mismos pantalones todos los días y comía junto con sus obreros.

Quizá por ello soy tan rebelde y me impacta la problemática social y ambiental de mi país. Y aunque parezca una "rabia" , "pelea" o "negativismo" (así lo llaman algunos) tocar estos temas, lo haré. La Revolución Francesa la propiciaron los escritores. Porque la palabra concientizadora tiene poder. Ilustra a las mentes obscuras. Y no es que yo sea una Olimpe de Gouges,  una Víctor Hugo, Voltaire o Diderot -Ojalá!- pero sí aportaré mi granito de arena para tumbarle la gloria a este Gobierno y al póstumo comandante!