3.7.15

El porque yo llegue a tener un ACV


Las personas que conviven en matrimonio o en relaciones de pareja estables son más saludables que las personas solteras

Se ha comprobado que tras una separación, ya sea por divorcio o por muerte del ser amado, la salud física se deteriora, se afecta la movilidad a largo plazo, y aumentan los riesgos de padecer diabetes, cáncer y enfermedades del corazón. Incluso, la salud física tarda más en recuperarse que la salud emocional, y es probable que nunca pueda recuperarse completamente.

El estudio, realizado aproximadamente en 9,000 hombres de entre 50 y 60 años, demostró las personas que habían pasado por una separación tenían 23% más problemas de movilidad y 20% más posibilidades de desarrollar enfermedades crónicas que las demás, una prueba de que la situación marital de las personas incide en su estado de salud.

¿Por qué? 

La primera explicación es que una situación emocional complicada tiene efectos sobre el cuerpo. Hay soledad, estrés, el cuerpo se tensiona, no puedes dormir ni comer bien, y puedes entrar en una depresión. Además, una separación implica cambios importantes como mudanzas, trámites legales y financieros, aumento de responsabilidades en la crianza, pérdida de los beneficios de seguridad social de la pareja… en fin, es una época exigente e inestable tanto para la mente como para el cuerpo.

Y la segunda explicación es que, los altos niveles de estrés pueden provocar cambios en las células. El estudio analizaba el estrés de las personas que cuidaban a sus parejas por Alzheimer, ACV´s y descubrieron que los telómeros, encargados de proteger los extremos de los cromosomas, se acortaban y eso incidía en una reducción de las expectativas de vida entre 4 y 8 años. Los investigadores sugieren que el estrés tras una separación provoca un efecto similar.

Sin embargo, esto no significa que las personas tengan que casarse o que permanecer casadas a toda costa, pues los matrimonios con problemas también afectan a la salud, especialmente al sistema inmunológico. Tambien se descubrió que las heridas físicas de las parejas que discutían o tenían problemas, sanaban más lentamente que aquellas cuyo matrimonio era satisfactorio. Además, otros estudios han encontrado que quienes tienen problemas en su matrimonio tienen más riesgos de sufrir hipertensión, depresión y enfermedades del corazón.